Una lavadora es un artefacto de gran valor y reconocimiento por acatar tareas de lavado y secado juntas, sus funcionalidades son en algunos casos sobresalientes y una que otra innova con adiciones de control remoto, pero lo que realmente importa y percibe el consumidor según sus necesidades es su clasificación en tres tipos distintos.
1.- Lavadora de carga superior tradicional: Este es el modelo, por así decirlo estándar. Es uno de los tradicionales que ofrece una tapa arriba con acceso al tambor, una línea de controles colocados en la parte superior o tope. Generalmente son ruidosas y consumen más agua/energía de lo normal. Aunque también dispone de pros como su fácil movilidad y precio súper económico.
2.- Lavadora de carga superior de alta eficiencia: Mantiene la misma línea de diseño de una lavadora tradicional y contempla diversos ajustes de tecnología que brindan un lavado profesional. En el interior no hay presencia de ningún tambor y por tanto añade mayor capacidad para lavar con menos carga.
Entre sus ventajas están un leve precio bajo, agitado suave, gran rendimiento y reduce la humedad de la ropa. Lo malo es que necesita detergente especial y algunos modelos son de precio elevado.
3.- Lavadora de carga frontal de alta eficiencia: Esta es la moderna, altamente cara y más popular entre los consumidores. Consume poca energía y agua, además, su diseño interior es ultra ergonómico para la ropa lavándola muy suave y aprovechando cada gota de detergente.